El estilo de decoración minimalista se distingue por el uso de colores neutros, como el blanco o el gris, la iluminación clara y la amplitud de espacios. En cambio, el estilo vintage hace hincapié en el romance y el encanto, en el uso de piezas antiguas o de colección que se combinan sin sobrecargar los ambientes.
Por eso, si eres de las que como Chus Cano, ama reciclar muebles antiguos e incorporarlos a tu decoración, esta combinación de movimientos estéticos es para ti. Recuerda que aunque parezcan contradictorios, ambos estilos pueden convivir en total armonía siempre y cuando sepas cómo ponerlos en uso.
La clave pasa por crear una sensación de amplitud y luminosidad con líneas simples y colores puros, donde las piezas de decoración vintage se destaquen y adquieran mayor protagonismo.
Se recomienda utilizar bases totalmente blancas en suelos, paredes y mobiliario, añadiendo pequeñas notas de color mediante cuadros antiguos, esculturas e incluso objetos de colección. Un punto importante a tener en cuenta es no abusar de los muebles y los objetos antiguos para no acabar creando un espacio sobrecargado.
En esta combinación de estilos es fundamental que el toque vintage sea sutil, para poder captar la atención visual por sobre el resto de la decoración sencilla y en tonos claros.
¿Te animás a probarla en tus ambientes favoritos?