Desde Más Chic queremos que consigas todas tus metas, por eso te acercamos una guía que ayudará a organizarte para que tus propósitos de Año Nuevo no se queden sólo en buenos deseos.
Ordena tus prioridades
Ya sea en papel, en el celular o en computadora, necesitas poner por escrito tus objetivos comenzando por los más importantes o urgentes para tu vida y terminando con los menos relevantes.
En primera instancia la lista puede ser extensa, pero en este caso, menos es más, así que sincérate contigo mismo y analiza la razón por la que quieres lograr cada una de las metas y qué tan alcanzables son, para que así elimines las menos significativas y las que son poco realistas.
Sé práctico y específico
Lo ideal será que te inclines por 3 o hasta 5 propósitos para el año, depende de ti y de qué tanto esfuerzo requiere cada uno de ellos. Entre más sencillos y definidos tengas cada uno de los objetivos habrá más posibilidades de éxito.
Si tus propósitos son leer más, bajar de peso o hacer ejercicio tienes que plasmarlos de manera concreta: cuántos libros leerás en el año, cuántos días a la semana sería ideal ejercitarte y qué tipo de entrenamiento será, ¿en casa, clases de yoga, en un gimnasio?
Haz un plan de acción
Una vez que elegiste y definiste claramente tus propósitos tendrás que dividirlos en pequeñas metas por medio de una planeación con fechas concretas. Por ejemplo, si quieres aprender un nuevo idioma, ¿qué necesitas para poder empezar? Lo primero en el plan sería investigar, hacer llamadas para saber tus opciones, costos, etcétera, actividad a la que le puedes asignar una semana o el tiempo que consideres necesario.
Lo siguiente sería asignar un horario dentro de tu rutina para la nueva actividad y después inscribirte. A cada acción le asignarás una fecha en la que debe cumplirse.
Un día a la vez
A veces los primeros días del año tenemos una súper actitud y le dedicamos mucho tiempo a nuestras metas, pero con el paso de los días la emoción se va y nos olvidamos del objetivo. Lo mejor es empezar de a poco para que no te sientas abrumado, pero no dejar de avanzar.
Por ejemplo, si el objetivo es dejar de fumar, no lo vas a hacer de golpe, puedes ir disminuyendo la cantidad diaria de cigarros hasta llegar a la meta. O si eres una persona que nunca hace ejercicio, pero es tu propósito, puedes empezar con 2 ó 3 días a la semana y poco a poco aumentar la cantidad.
Disciplina
La constancia es primordial, pues para cristalizar los deseos es imprescindible la acción, pero tampoco se trata de que te genere conflicto en tu vida diaria, debes tener la mente abierta para adaptarte a los cambios que surjan.
Si por alguna razón un día no pudiste realizar la actividad, no te estreses, no pasa nada, pero ponte firme y retómala lo más pronto posible.
Motivación
Tú te conoces mejor que nadie y sabes si la motivación de terceros es buena para ti; probablemente si le cuentas a tu novio, mejor amiga o alguien de tu familia sobre tus propósitos, pueden ayudarte con ese empujón que a veces se necesita para cumplir las metas.
A la vez, ellos también pueden ayudarte a recordar tus objetivos en esos días que te sientes sin ganas o cuando quieres tirar la toalla.
Evalúa
De manera periódica, ya sea una vez a la semana o al mes, dedica un tiempo para analizar cómo van tus propósitos, qué tanto has avanzado lograrlos; por ejemplo, si te propusiste leer determinado número de libros este año, cuánto llevas hasta ahora.
¿Necesitas cambiar algo en tu estrategia? Reflexiona y haz las adaptaciones necesarias que te llevarán por el camino al éxito.