Cómo proteger tu piel del sol: tips para elegir el mejor protector solar
Ya sea que estés todo el día al sol o solo un rato, que sea verano o invierno. Este tiene su potencial dañino y debemos cuidarnos de él todos los días del año. Conoce el factor solar adecuado, los distintos tipos y cada cuánto retocarlo.
Hay un mito extendido de que solo hay que cuidar la piel del sol en los meses de calor o cuando se está al aire libre. Sin embargo, en los meses de invierno o los días nublados, la cara también se expone a los rayos solares, por ende, se encuentra en contacto con la radiación. Por eso, a la hora de buscar un método para cuidar la piel y de paso, evitar las arrugas; los dermatólogos no lo dudan: la mejor opción es utlizar protección solar todos los días.
Debido a los agujeros en la capa de ozono provocados por los gases de efecto invernadero, los rayos nocivos atraviesan con más fuerza esta barrera atmosférica. Eso significa que, a lo largo de los años, sus efectos son más peligrosos y notorios.
¿Cuándo aplicarlo?
Para evitar el desgaste en la dermis, es fundamental aplicar todos los días protector solar en el rostro como parte de la rutina diaria de skincare, después del lavado de cara y de la crema humectante.
Estos bloqueadores funcionan como una pantalla que filtra las radiaciones ultravioletas, que son las más dañinas para el cuerpo. Lo ideal es que protejan contra los rayos UVA, UVC y UVB y que sean resistentes al agua, sobre todo a la hora de realizar actividades que impliquen sudoración o acuáticas.
Los factores de protección solar (FPS) son claves. Lo ideal es que, para la cara y el cuerpo, no sea menor a 50: esta condición es para todas las pieles, todos los días del año.
Encuentra tu tipo ideal
Ya no hay excusas: si antes los protectores eran una pasta pesada que básicamente había que aplicarla con una espátula, ahora vienen en todo tipo de presentaciones.
- Mousse
- Spray
- En polvo
- Líquidas
- Brumas
A su vez, hay bloqueadores indicados específicamente para pieles grasas, que tienen componentes matificantes, como también para las más sensibles, con humectantes o con bases de color.
El protector no va a impedir el bronceado, solo el enrojecimiento; incluso, hay algunos formulados con ingredientes que aceleran la pigmentación.
Durante los meses de calor es fundamental usar bloqueador sobre todo en los hombros, la espalda, el cuello y las orejas. Tampoco hay que olvidar zonas sensibles que suelen quedar relegadas, como las manos, los pies y la parte interna de las rodillas.