Decorar el espacio de trabajo
La mayor parte del día la pasamos trabajando en una empresa, en nuestra casa, en un consultorio, en un estudio o en cualquier otro lugar. Lo importante no es dónde sino cómo se encuentra ese espacio que nos acoge durante tantas horas.
En principio y si tienes la posibilidad de elegir, lo ideal es contar con un espacio iluminado naturalmente. Eso siempre le dará más vida al ambiente. En el caso de que el lugar no tenga una buena iluminación, lo primero que hay que hacer antes de habitarlo es pintar sus paredes de blanco, nunca de colores oscuros. Eso le dará amplitud al espacio, ayudará a que no se vea sombrío y, además, permitirá jugar con los colores del mobiliario y los decorados.
Si trabajas en un lugar donde las posibilidades de hacer modificaciones son escasas, lo primero que deberías hacer para que tu espacio de trabajo luzca bonito es mantener el orden. Con esto quiero decir que, además de la limpieza, debes tratar de conseguir un ambiente acogedor. Mantiene el orden pero también coloca imágenes y fotografías que te roben una sonrisa: el viaje de tus sueños, tu familia, tus amigos, paisajes que te transporten a otro lugar y que te transmitan esa sensación de paz (lagos, playas, montañas).
Aunque parezca un tema menor, los portalápices y accesorios de librería son importantes. Por un lado, resuelven el tema del orden y, por otro, engalanan el escritorio con sus motivos y colores.
Lo mismo ocurre con los utensilios que utilizamos a diario: tazas, mugs, botellas, termos. A la hora de elegir, escoge uno que realmente te haya gustado. Pasas todo el día en el trabajo así que consíguete algo bien lindo para el uso cotidiano.
¿Tu escritorio tiene todos los cables a la vista? Es un gran error. Trata de esconderlos ya que contaminan la visión. Una manera fácil y simple de ocultarlos es atándolos detrás del monitor con una gomita o cordel.
Si tu oficina es tu propia casa, ármate un pequeño espacio aún si vives en un solo ambiente. Trata de adquirir una mesa de escritorio que sea funcional, es decir, que al cerrarla puedas guardar todo y no quede nada a la vista. Trabajar en tu casa te brinda cierta comodidad pero no abuses de ella. Toma un sector y utiliza sólo ese espacio. De lo contrario, tu casa se verá desordenada y no diferenciarás el espacio laboral del íntimo.
Cualquiera fuera tu lugar de trabajo establece prioridades a la hora de ordenar. Es decir, guarda aquello que no utilizas cotidianamente y deja a mano aquello que necesitas todos los días.
Estos son pequeños detalles que te ayudarán al orden diario y a sentirte mejor ya que cuando el lugar de trabajo se ve bonito, el resultado final se ve mejor.