El bienestar es una cuestión de actitud

La vida de hoy nos lleva a tener un ritmo acelerado en donde siempre priorizamos lo inmediato y, en general, no nos hacemos tiempo para mejorar aspectos y momentos cotidianos ¿Sabías que  cambiando pequeñas situaciones diarias pueden cambiar notablemente tus días?

Así es, el bienestar es una cuestión de actitud frente a la vida y, para ello, debemos trabajar un poquito más a lo largo de cada jornada. En el largo plazo, sin dudas, notarás la diferencia.

-Al empezar el día, no te levantes con el tiempo justo para llegar a tu trabajo o a tus actividades diarias. Trata de comenzar la mañana bien tranquila. Para ello es bueno que tu desayuno sea un momento de disfrute. Prepara una mesa que sea vea bonita, con alimentos que te gusten y no con lo primero que encuentras. No guardes la vajilla o manteles sólo para ocasiones especiales, todos los días lo son.  Planea tus desayunos de la misma manera que lo haces con el resto de las comidas.

-Es muy importante mantener ordenados y prolijos los distintos espacios que habitas a diario. Ver los ambientes limpios disminuye la “contaminación visual” y provoca sensación de bienestar.

-Maquíllate y arréglate siempre como si fueras a una entrevista importante o te encontraras con alguien a quien deseas sorprender. Lucir siempre bonita mejorará tu autoestima y generará empatía y cambio de actitud en los demás.

-Cuando te sientas mal con alguien, comunícaselo, no lo guardes. De lo contrario, eso generará un malestar cada vez mayor. Invita a esa persona a tomar un café, a un lugar neutral, y dile todo lo que sientes de una manera cordial. Es muy probable que esa persona revierta su actitud y puedan continuar la relación como si nunca hubiera pasado nada.

-Hazte un tiempo para aquellas actividades o encuentros que disfrutas hacer, al menos, una vez a la semana ¿Te divierte tomar el té con tus amigas, las actividades prácticas o la gimnasia? No dejes de hacerlo, intenta acomodarlos de algún modo en tu agenda. Te ayudarán a cortar con la rutina y te sentirás llena de energía para hacer otras cosas. Las charlas con amigas, las actividades prácticas, la salida al teatro o  al cine siempre nos nutren de información y nuevas experiencias.

-Tu casa debe ser un lugar cálido y acogedor. Decóralo y mejóralo dentro de las posibilidades que tú tengas. A veces, no es necesario gastar mucho dinero para que tu hogar se vea bien. Un cambio de pintura en algún mueble, un cuadro o un espejo nuevo o el cambio de aquellos portarretratos viejos le darán otro aire a ese ambiente. Lo mismo ocurre con las plantas, llenan de vida un espacio que lucía poco amigable.

-Disfruta y valora a aquellas personas que quieres,  que cada momento que pasas con ellos no sea uno más. Ellos son tu sostén y quienes están para atajarte cuando caes. Nunca olvides decirles cuánto los quieres y cuán importantes son en tu vida.

-Por último, trabaja todos los días para sentirte bien. Plántatele a la vida con una sonrisa a pesar de las adversidades.  Si los momentos duros te encuentran fuerte,  todo será distinto.

 

 

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