La celulitis es una afección del tejido subcutáneo que afecta mayormente a las mujeres y que da lugar a la formación de irregularidades antiestéticas y, en ocasiones, dolorosas en la capa superficial de la piel. Se produce como consecuencia de la superpoblación de células grasas (adipositos), que dificultan la eliminación de toxinas. Las zonas más afectadas suelen ser las de los glúteos, los muslos, el abdomen y la parte alta de los brazos.
Modificar o atenuar esta apariencia no siempre resulta fácil. Para obtener resultados visibles y duraderos, es recomendable el uso de cremas anti-celulíticas, así como los tratamientos que contribuyan a estimular la microcirculación e hidratación de la piel, como los masajes, los drenajes linfáticos y la crioterapia.
Sin embargo, estos tratamientos no servirán de mucho a menos que se siga una dieta baja en sodio (que acelera el desarrollo de la celulitis), grasas saturadas y azúcar (que se deposita en forma de grasa bajo los tejidos). Además, es necesario practicar ejercicio de forma regular para mejorar el estado general del cuerpo.
Según los expertos, los ejercicios más efectivos son aquellos que ayudan a quemar grasas, estimular la circulación y tonificar los músculos, como caminar, nadar o hacer spinning. A su vez, los ejercicios localizados (en glúteos, abdominales y piernas) pueden contribuir a mejorar la tonicidad de la piel, ya que permiten combatir la flacidez y marcar los músculos.
En cuanto a la alimentación, lo ideal es beber abundante agua e incrementar el consumo de verduras crudas y frutas. Otro punto a tener en cuenta es la disminución de la ingesta de productos embutidos y, de ser posible, de café, bebidas alcohólicas y gaseosas. Siguiendo al pie de la letra estos consejos, es posible hacer una diferencia notoria en la apariencia de la piel. ¡Sin dudas te sentirás mucho mejor!