Otra manera de llamar al corrector podría ser “producto milagroso” por que tiene como objetivo cubrir nuestras ojeras e imperfecciones de la piel (granitos, manchas, etc…). Pero existen formas de aplicarlo y elegirlo que nos ayudarán a que cumpla con su propósito.
Hay que preparar la zona antes de que se aplique, puedes utilizar crema. Por supuesto la elección del tono es sumamente importante pues esto nos ayudará a evitar el tan famoso “antifaz” que solemos ver en las fotos, lo cual nos lleva a buscar el tono indicado que deberá ser ligeramente más claro que nuestro tono natural.
Existen por supuesto correctores de lápiz, crema, barra, gel… Y nosotros deberemos elegir de acuerdo a nuestro tipo de piel, pero sobretodo tomar en cuenta que debe ser hidratante y de larga duración.
La aplicación también es fundamental, deberemos utilizarlo desde el lagrimal interior hacia el exterior, bajo pestañas inferiores mediante pequeños toques con la yema del dedo y difuminar. ¡Listo!
Recuerda que el corrector aporta claridad y su función es corregir y no iluminar.