En las últimas décadas, los petit-hoteles u “hoteles boutique” florecieron en las grandes capitales como una opción chic y elegante para hospedarse.
¿Su encanto? Básicamente, parecen una casita de muñecas con una personalidad súper marcada y un servicio artesanal. Estos mini hoteles rompen récords de “pequeñez” y son lugares realmente únicos. Eso sí: hay lista de espera para poder hospedarse en uno de ellos.
Hotel Central & Café en Copenhague
Tiene 12 metros cuadrados y una sola habitación. Este hotel, que fue destacado en los récords Guinnes por su tamaño increíblemente pequeño, está ubicado arriba de una cafetería en el barrio de Vesterbro, en Copenhague, la capital de Dinamarca. Con detalles delicados hechos a mano, está emplazado en el primer piso de un edificio construido en 1905, e incluye una cama doble, una televisión y también desayuno. El precio supera los 200 euros por noche, pero ofrece una experiencia íntima única en el mundo.
Hotel Punta Grande en El Hierro, Islas Canarias
Este hotel cuenta con cuatro habitaciones distribuidas en sus casi 600 metros. Además de haber ganado anteriormente un récord como hospedaje más pequeño del mundo, lo verdaderamente distintivo es su paisaje. Así es porque está construido casi en medio del océano, justo en donde rompen las olas. Viento, lluvia, olor a sal y un sentimiento épico. Es muy sencillo y despojado, pero con objetos decorativos llenos de historia y una vista marítima que deja a sus visitantes con la piel de gallina.
En la ciudad de Amberg se encuentra este lujoso hotel de tan solo 56 metros cuadrados. Su precio supera los 200 euros por noche, pero cuenta la leyenda que las parejas que duermen allí nunca se separan. No se sabe si es por su mobiliario de lujo, su hidromasaje o su romántica chimenea: ALGO tiene que encanta a miles de viajeros, que esperan durante meses para pasar, al menos, un día en este lugar.
Dog Bark Park Inn en Estados Unidos
Tiene forma de perro gigante con inmensas ventanas y realmente es una cucha: el “Dog Bark Park Inn”, en Idaho, es uno de los hoteles más petit de EEUU. Es una verdadera fantasía que parece salida de un parque temático de Disney y los lugareños lo conocen como “Sweet Willy”. Tiene una sola habitación con una cama queen size y ofrece desayuno; también tiene un jardín y un espacio para disfrutar de un picnic en el pasto. Un plan que cualquier perro valoraría.