Íntimamente relacionado con la filosofía Zen, este estilo abraza la naturaleza y los ciclos vitales .
Su identidad
Como dijimos anteriormente, el wabi-sabi no le teme a los defectos. Grietas, manchas y marcas del paso del tiempo, son bienvenidas.
Por este motivo, los materiales naturales son los privilegiados en este estilo; lino, mimbre, cáñamo, cemento, piedra, entre otros, comparten espacio donde el minimalismo es la premisa.
En la paleta de tonos sobresalen los negros, marrones, grises, arenas y óxidos.
La luz tenue y armoniosa es la indicada para este estilo.
Parece complejo de entender con nuestra mirada occidental, pero el resultado puede ser sorprendente.
¿Te animas a una casa wabi-sabi?